No cabe la menor duda que cinco palabras dichas en el lugar preciso y en el instante exacto pueden dejar un descalabro notable... muchas veces me he mordido la lengua para no decir lo que pienso y ser "politicamente correcto". Otras veces he dicho lo que creo y he aguantado una avalancha de críticas... a ratos no se que decir... ¿me callo?, ¿digo a medias lo que pienso?, ¿me voy con todo?.
Creo que la filosofía "monárquica hispana" vinculada al "¡por qué no te callas!" es digna de ser adoptada en algunos momentos de la vida, tal vez no con esos mismos términos pero si con su mismo espíritu... tener los cojones para poner punto final a las cosas que sabemos nos hacen daño o consideramos injustas.
De cada uno depende... yo, al menos, empiezo hoy.
13 de noviembre de 2007
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