El año pasado les comenté que un muy buen amigo mio, gustavo becerra, era el agregado cultural de chile en centroamérica y que se salvó de morir porque salió a comprar un papel a una librería mientras el guardia de la embajada asesinaba a algunos funcionarios diplomáticos.
gustavo, ya de regreso en chile, me mandó un mensaje en recuerdo de sus compañeros que quiero compartir con todos ustedes. este es el texto...
Roberto, Cristián y Rocío
Gustavo Adolfo Becerra, Ex- Agregado Cultural de Chile para Centroamérica
Todo tiene movimiento. Nada es inalterable.
Escribimos sobre cuerpos vivos, como sobre Grandes Océanos
y los trenes inician su viaje sin hora de retorno.
Escribimos sobre la flora y fauna de recuerdos
que parecen borrarse con las olas pero que vuelven a escribirse.
Así lo harán eternamente. La muerte no tiene señorío.
Si piensas en montañas y piedras, en días que recién comienzan,
piensa en Roberto amontonando leña y fuego.
“La idea es construir una sociedad que nos abrigue”.
Si piensas en nubes y ríos, en escenas de atardeceres
piensa en Cristián recogiendo su abrigo y yéndose.
“El tiempo se fuga porque sí de los relojes”.
Piensa en cielo y pájaros, si piensas en Rocío.
En otros cielos y en otros pájaros, en cielos que quizás
nunca veremos, en pájaros / que nunca han existido.
“Escribimos con Otros Lenguajes estos anuncios”.
Las embajadas no son más que la Puerta de Entrada a otros mundos.
Perdidamente solo en el sur, reconozco el proceso
por el cual maduran las manzanas (y me asombro), ladran
nieve los perros y se enfrían en los manteles las cerezas.
A veces, amigos del alma, la escritura es abstracción legítima:
el viento sobre la superficie del pañuelo,
el pétalo sobre el espejo del agua. Y el golpe de unas manos
en la puerta que tiembla, pero que no se abre. Así permanece:
el golpe, el chasquido y la ausencia de veras.
A veces la escritura es la manuscrita forma de reparación
que tiene la Memoria. Escribimos como vivimos: dejando huellas.
La muerte no tiene señorío. Cristián, créeme,
se Inicia la Función donde ya no eres Actor invitado.
Roberto, las montañas están al alcance de la mano.
Por eso, un día las soñaste. Rocío, otros cielos y otros pájaros.
Cielos nunca visto, pájaros jamás soñados.
Algo, quizás azul, que comienza.
Algo, quizás azul.
fin
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